La luz no es igual para todos.
Cada uno tenemos una percepción diferente de la realidad.
Y esa luz, que ilumina mi mundo, tiene los colores de los ojos de mis muñecas.
Las muñecas me asustaban tanto como me gustaban cuando era pequeña. Pero el miedo era mucho más fuerte. Procuraba evitarlas, pero a la vez me gustaba contemplarlas. Cuidaba a mis muñecas con respeto y terror. Ese miedo se fue perdiendo con el tiempo. Ahora intento sacar de ellas la luz que encierran y que te hacen creer que tienen vida. Y esa luz son las fotos que iré colocando en este blog. Espero que gusten...
Qué hermoso pensamiento *-*
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